Los romanos a través de sus impresionantes viaductos ya concebían importantes estructuras de puentes, utilizando para ello la estática clásica y aprovechando los beneficios de ciertas geometrías y configuraciones estructurales particulares útiles para abarcar grandes luces. 

 

Entre estas configuraciones destacan los arcos que nos permiten cubrir grandes vanos e impedir la aparición de grandes esfuerzos de flexión sobre el puente, mediante el uso de materiales constructivos muy versátiles para absorber esfuerzos de compresión, sin requerirse grandes dimensiones o complejos armados de acero de refuerzo.Estructuras concebidas de esta forma todavía se encuentran en perfecto estado en diferentes ciudades de Europa y son aprovechadas no sólo con fines turísticos sino además como estructuras de paso vial y peatonal en la rutina diaria de muchas localidades.

Las guerras, Hollywood y los puentes

En épocas de guerra, destruir un puente de líneas enemigas implicaba una ventaja importante dentro de la estrategia de ataque, en vista de que se interrumpían las vías de comunicación que debilitaban las maniobras del enemigo.

 

En películas como por ejemplo “Rescatando al Soldado Ryan“, estrenada en 1998 y dirigida por Steven Spielberg, veíamos como era de vital importancia proteger los puentes ante los ataques enemigos durante la invasión a Normandia en la Segunda Guerra Mundial. Existe un desarrollo importante de la película en torno a proteger un puente de gran importancia estratégica sobre el río Merderet en la localidad de Ramelle, de la mano del Sargento John Miller (Tom Hanks) y un grupo de soldados en los cuales se encuentra el propio soldado James Francis Ryan (Matt Damon), y que es además donde se desenvuelven los últimos minutos de la película.

Veo un puente y pienso que es una obra “Imposible”

Cuando visualizamos una estructura de puente con geometría compleja que comunica a dos grandes ciudades, que cubre grandes ríos o que se utiliza como medio de paso de mares o grandes acantilados, inmediatamente pensamos que son proyectos y obras “imposibles”, es decir, proyectos y obras que son destinadas para cierta élite de profesionales a la cual no pertenecemos. Y es que para estos casos pudiese haber algo de cierto en dicha aseveración, debido a que diseñar un puente de tales características pudiese requerir de una gran experiencia y además muy especializada.

Sin embargo, en nuestra vida cotidiana vemos puentes viales y peatonales de importancia nada despreciable que se utilizan para cubrir luces importantes en autopistas, carreteras, cauces de ríos, laderas, taludes, entre otros, y siempre las incógnitas son las mismas:

  • ¿Cómo se consideran las cargas en un puente?
  • Ante la gran variedad de vehículos automotores que existen en el mercado, ¿cómo se pueden estimar las cargas vehiculares más probables sobre un puente?
  • ¿Cuándo se decide que un puente se construya de concreto armado o de acero estructural?
  • ¿Cómo se consideran las acciones excepcionales, tales como el sismo, viento u otras?
  • ¿Cómo se estiman las cargas de colisión de vehículos, frenado, impactos, etc.? o incluso en un puente que se concibe para cubrir cursos de agua, ¿será que debo imaginarme que en algún momento se pueda dar la colisión de un barco contra el puente?
  • ¿Este tipo de cargas tan particulares tienen alguna influencia en el diseño de las cimentaciones?

 

Vamos entonces a responder cada una de estas incógnitas con la finalidad de que podamos visualizar el proyecto y construcción de puentes como una actividad que podemos desarrollar perfectamente haciendo uso de la normativa vigente y de las herramientas tecnológicas disponibles actualmente en el mercado.